En el marco actual en el que se desenvuelven los entornos productivos de la industria, se atisba complejo percibir qué tendencias se presentan como candidatas a incorporarse a los procesos productivos de las empresas o qué tecnologías de la automatización se convertirán en esenciales cuando hablamos del futuro más cercano. Pero si se dan algunas coincidencias cuando los expertos exponen sus teorías, y la gran mayoría de ellos coinciden: los operarios y las máquinas tendrán que “entenderse” en el entorno de trabajo. Pues sí, la colaboración robots-humanos trabajando juntos es una realidad creciente e indiscutible que se consolidad cada día más, con todo lo que ello implica no solo en cuanto a la adaptación de los operarios, sino fundamentalmente de las personas que desarrollan la tecnología de las smart factories.
En la persecución de una mayor eficiencia y precisión de los procesos, podríamos pensar que las fábricas caminan hacia una automatización total con un componente presencial humano mínimo, ¿cierto? Pero hay elementos de calado que se oponen a esa lógica. La demanda se presenta cada vez más de forma variable, el mercado es volátil e imprevisible (tenemos la oportunidad de comprobarlo diariamente tanto en las plantas productivas como en los medios de comunicación) y los modelos pensados para hoy puede que no sirvan mañana. Conclusión, nos movemos en un escenario cambiante en el que la productividad máxima de las máquinas precisa de la imaginacióny la capacidad resolutiva de los humanos.
Celeridad, minuciosidad y seguridad, por un lado; originalidad, adaptabilidad e ingenio por el otro.
En consecuencia, robots operando en fábricas, claro que sí. Pero en entornos seguros y colaborativos donde puedan colaborar con los humanos. En realidad, humanos y robots aunando fuerzas son un 80% más productivos que actuando por separado, según todos los estudios.
Sumado a todo esto, la tecnología implementada en las fábricas, impulsada por la inteligencia artificial, se está ganando la confianza de los recursos humanos. Al menos así lo corroboran algunos estudios, cuanto menos curiosos, de los que se deduce que el 65% de los trabajadores confían más en un robot que en su jefe. Los sondeos confirman que los robots son insuperables cuando se trata, por ejemplo, de proporcionar información imparcial. En cambio, no pueden competir de ninguna forma con los humanos a la hora de concebir una cultura laboral con la que identificarse.
Esta simetría de aptitudes y puntos fuertes de humanos y robots nos está guiando hacia una suerte de empate técnico en la participación de unos y otros en las fábricas. Así lo apunta desde el Foro Económico Mundial en el que se concluye que en 2025 la repartición de las tareas será casi neutral; un 47% para las máquinas, un 53% para las personas.
Robots en tu empresa: Una cuestión de sencillez de manejo
En vista de que “entenderse” parece un hecho, toca cimentar las bases de esta cooperación. De la misma manera que se crean nuevos equipos de trabajo en una empresa hay que dar un tiempo para que cada pieza encaje en su espacio, incluso cuando el nuevo compañero es un robot.
Casi siempre se descarga el peso de este cambio en el trabajador. Es el quien tiene que formarse para poder operar con las nuevas tecnologías de la transformación digital. Eso es un hecho. Por tanto, empresas y administraciones publicas tenemos que poner de nuestra parte para que este proceso de adaptación sea lo más llano posible, con módulos formativos, dotados de tecnología puntera en las aulas, prácticas en entornos de trabajo y fomento de talento en profesiones tecnológicas.
Tampoco debemos olvidar que han sido las máquinas las últimas en llegar. Por tanto, les toca a ellas (y los ingenieros que las desarrollan) hacer un esfuerzo mayor por integrarse y hacerse entender. Los sistemas de humano-robot no serán tan buenos como podrían serlo si los ingenieros no comprenden cómo desarrollar tecnologías que interactúen de la manera mas eficiente posible con humanos
Por eso en Innovantia® dedicamos el máximo esfuerzo para que en nuestras soluciones impere siempre la sencillez y el fácil manejo, como interfaces sencillas, y protocolos para arranque de la producción en poco tiempo.
Antes de que no demos cuenta, los robots estarán participando en fábricas junto a los humanos en la medida en que su manejo sea de un uso fácil e intuitivo.